Cap. 27

Los dos gemelos Mcgilligan se encontraban en el centro de la ciudad recorriendo tienda tras tienda de telas, ya les había llegado la confirmación de que asistirían a la boda Schober-Lobos, la misma se celebraría dentro de dos meses, fue así que la Señora Mcgilligan decidió ir acompañada de sus hijos a comprar algunas telas para mandar a hacer un vestido y tres trajes para hombres, luego de recorrer casi todas las tiendas, decidieron ir a la tienda mas costosa de telas, Thomas dijo desde el primer momento que tenían que ir a esa tienda, pero su hermano y madre querían entrar a todas porque decían que “Nunca se sabia donde iba a estar la tela perfecta”, al llegar se metieron, el encargado de la tienda los hizo pasar con mucho gusto, se notaba que era nuevo, el hombre que siempre atendía la tienda con su esposa no estaba, pasaron a la parte de atrás donde estaban todas las telas que eran traídas de todas partes, se sentaron en unos sillones y el hombre fue a buscar una tela nuevas que habían llegado. Así estuvieron viendo telas, algo que le agobiaba mucho a Thomas y a William también pero este sabia disimularlo muy bien, tenia un gran aprecio por su madre, así que siempre fingió estar interesado en lo que le gustaba a su madre, para no herirla y sin pensarlo conseguir algo a cambio, cuando al fin encargaron las telas que tanto querían, salieron del lugar, fueron al sector en que se encontraba el carruaje de la familia, en ese momento mientras William hablaba algo con su madre pudo ver a Sofía acompañada de Nicole, las dos iban cruzando la calle, llevaban unas bolsas e iban hablando animadamente, William saco a su hermano del carruaje y le dijo al oído “Hay vienen las presas”, Thomas se lo quedo mirando, luego su hermano sonrió con malicia y entendió de quienes estaba hablando, salio de carruaje, ayudaron a su madre a subir, le dijeron que se quedarían, su madre antes de irse les dijo que le enviaría el carruaje otra vez, se despidió de sus hijos y se fue, los dos la saludaron y miraron como se fue el carruaje, luego miraron a la otra vereda, y las vieron, las dos iban caminando por la vereda de enfrente, se noto que ni los habían visto, las dos se iban riendo y no prestaron atención a los dos chicos altos, de cabellera rubia oscura y de ojos claros que se encontraban del otro lado de la calle, los dos hermanos se miraron, acomodaron sus rubias cabelleras y cruzaron la calle, llegaron a la otro vereda y comenzaron a seguir a las dos chicas.

Mientras ellos las seguían, las dos chicas venían de pasar una linda tarde juntas, el día estaba bastante lindo, se la pasaron comprando algunas cosas para la boda que se acercaba, entre las dos compraron unos collares para sus primas, estos mismo se partían en dos, una mitad para la mujer y la otra para el hombre, Sofía le compro su collar para Micaela y Cristian y Nicole para Serena y Salvador, mientras las dos caminaban y se reían, Sofía sintió alguien las seguía en cada movimientos, había dejado de reír un momento, Nicole lo noto y le pregunto que pasaba, Sofía cerro los ojos y tomo un respiro hondo, pudo distinguir el claro olor de los Mcgilligan, estos iban unos pasos mas atrás de ellas dos, Sofía se acerco a su prima y le dijo “Nos siguen los Mcgilligan”, Nicole se sorprendió, caminaron un poco mas rápido para llegar a la esquina, los Mcgilligan se miraron y aceleraron mas el paso, las dos chicas caminaron un poco mas rápido hasta que llegaron a un callejón el cual no tenia salida, a sus costados había ventanas de las casas y ropa colgada de unos cordones, las dos chicas se metieron, Nicole se cercioro de que nadie estuviera mirando, en ese momento decidieron usar sus habilidades de vampiros, dieron un salto cada una en una pared diferente, Sofía del lado izquierdo y Nicole del derecho, hasta llegar a una de las ventanas que estaba fácilmente a tres metros de altura, comenzaron subir por las ventanas, a un hombre común y corriente le costaría y mucho, y mas a una mujer, con esos vestidos y zapatos, pero de todos modos para ellas no fue un impedimento, llegaron al techo de los edificios, fueron caminando por el mismo hasta llegar al lado de la calle, miraron y vieron como los Mcgilligan iban caminando por la vereda muy apurados, y se metieron al callejón, en el cual habían visto a las dos primas meterse, las dos primas los miraban desde arriba, los dos jóvenes estaban desconcertados, no podían creer que no estuvieran en ese callejón, el cual era sin salida, las dos primas se miraron y se sonrieron, por unos momentos se sintieron mas dichosas aun se ser vampiros, Sofía fue caminando por el techo hasta llegar a donde estaba Nicole, el edificio tenia un forma de “C” cuadrada, cuando llego a donde estaba su prima, quien seguía mirando a los Mcgilligan que seguían hablando en la entrada del callejón.

Sofía:- Porque no haces un esfuerzo e intentas escuchar lo que dicen…

Nicole miro a Sofia:- Como?

Sofía:- Cierra los ojos y solo trata de encontrar la voces de ellos dos…

Nicole le hizo caso a su prima y cerro los ojos, se concentro en tratar de encontrar las voces, le costo mucho, escuchaba muchos sonidos a la vez, escuchaban los caballos, risas, música, pasos, aves, perros, gatos, voces de otros hombres, hasta que pudo distinguir claramente la voz de William, Nicole abrió los ojos enseguida, miro a su prima quien ya estaba escuchando a los dos hermanos, Nicole ahora podía distinguir la conversación, guardo silencio y se puso a escuchar la conversación de William y Thomas.

William a Thomas:- Como que las viste entrar acá! Si no hay nadie…

Thomas enojado:- Pero te estoy diciendo que si las vi!

William:- Tu estas ciego! Aquí no hay nadie…

Thomas:- No me digas! Crees que no me di cuenta…

William:- No se! Estas tan ciego que podrías pensar que ese cesto de basura es Nicole… CIEGO!

Thomas:- Woow! Miren con quien estoy hablando! Tu eres mucho mas ciego que YO! Porque tu también dijiste “Mira! Mira! ahí se metieron!”

William:- Pero lo dije porque tu dijiste “Mira por ahí”

Thomas:- No mientras tu bien sabes que las viste también…

William:- No me digas decir que si porque no es así… porque tu eres el ciego que creyó verlas…

Sofía y Nicole se reían cada vez mas, se llevaron una mano a la boca para tratar de no reír, la pelea entre los dos hermanos le causaba mucho, mas el saber que los habían burlado por unos segundos, volvieron a escuchar la discusión.

William:- Eres tan ciego que apenas puedes vestirte!

Thomas:- Y tu eres tan ciego que a penas saber ponerte los zapatos correctos con el atuendo adecuado.

Sofía y Nicole largaron una carcajada, los dos hermanos miraron para arriba, las dos primas se ocultaron, y se siguieron riendo tratando de no hacer ningún sonido, pero era imposible porque las dos se miraban y se reían porque la otro se reía, William y Thomas estaban a punto de irse, fue cuando William vio algo en el piso que le llamo la atención, era una pulsera plateada con unas piedra color negra en el centro y otras mas pequeñas a su alrededor y los costados otras dos piedras color negro, la miro detenidamente en algún lado la había visto, fue que miro en el reverso de la pulsera y claramente estaba grabado “Para Nicole, mi prima y hermana, De Sofía”, William sonrió con malicia, se fue junto con su hermano de aquella calle el cual iba muy callado porque estaba molesto, tenían una oportunidad para fortalecer el vinculo con Sofía y la habían perdido, William en cambio iba feliz de la vida, guardo la pulsera, justo el carruaje de la familia Mcgilligan pasaba por ahí, los dos pararon el carruaje y se subieron, en el mismo carruaje William quería contarle lo que había encontrado, pero decidió hacerlo en otro momento, el había pensado devolverle la pulsera a Nicole el mismo, pero por otro lado no quería hacerlo sin decirle a su hermano, decidió quedar en silencio todo el viaje devuelta a la su casa.